21 de octubre de 2008

Jamás estamos contentas

Aunque el termómetro indicaba que no tenía fiebre, volvió a besarle la frente para comprobar que no le había vuelto a subir la temperatura. Apagó la luz, miró de nuevo a la niña y entró en el baño. Se lavó las manos y se echó agua de colonia para meterse en la cama. Buscó a tientas a su marido, que se había acostado bastante antes –Te recuerdo que yo me levanto todos los días muy temprano y paso muchas horas en la oficina- Pero no encontró ni un rastro de deseo, dormía profundamente. Había corrido todo lo que podía para irse a la cama pronto, con tiempo para que no se durmiera pero la casa nunca termina y la niña no tenía polos planchados para el uniforme y por la mañana es peor…Se acordó que llevaba 3 semanas de retraso, la idea de volver a estar embarazada no le agradaba en absoluto: pañales, biberones, noches sin dormir…Me esperaré un par de días más, seguro que me baja. Y mi jefe me pedirá mañana que le pase las nóminas, pero tengo que sacar tiempo para hacer la sopita de la chiqui…. Se perdía en sus tareas del día siguiente y de repente pensó en su hermana y en traje de chaqueta tan bonito que llevaba el lunes pasado. Suspiró recordando los tiempos en los que ella también era ejecutiva.

Seguro que ella llevaría dormida un buen rato. Habrá ido a correr antes de la cena, se habrá duchado con esos geles y champúes tan caros que usa y que huelen tan rico y no con los de oferta tamaño familiar, se habrá puesto su hidratante, su crema corporal, se habrá planchado la melena y habrá dejado el maletín preparado para alguna reunión que tenga mañana. La imaginaba un viernes levantándose, tomando su desayuno mientras termina de repasar unas notas para su reunión. Con un traje negro y su camisa blanca, tacones altos y gafas grandes. Firmará un contrato de mucho dinero y volverá a la oficina para seguir atendiendo e-mails. La imaginaba también arreglándose para salir por la noche, a cenar y a bailar o tal vez preparando la maleta para ir con algunas amigas a realizar una escapada de fin de semana; o tal vez vaya a ver a algún amor oculto. Deseaba la vida de su hermana.


Envió un mensaje a sus amigas, no podía quedar a la hora estipulada, pero se incorporaría más tarde. Terminó de lavarse los dientes y ponerse la crema de noche y se metió en la cama con un pijama de seda muy sexy que había comprado en un viaje a Londres. Su cama estaba fría, como toda su casa caldeada por una única persona, ella. Mientras ponía el despertador repasó mentalmente su agenda del día siguiente: reunión con los babosos de los aperos agrícolas para hacerles la presentación, mejor me pongo pantalones que luego no dejan de mirar; almuerzo con la pesada de la franquicia de perfumerías, al menos me regalarán algún potingue nuevo; depilación a las 18.00 horas… Se perdía en sus tareas del día siguiente y de repente pensó en su hermana y en lo acogedora que era su casa. Suspiró pensando en lo mucho que le hubiera gustado tener una familia.

Seguro que estaría abrazada a su marido, comiéndose a besos y planeando dónde ir con la niña el próximo fin de semana. Habrá bañado a la chiquitita mientras su esposo habrá preparado la cena, le habrán contado un cuento, la habrán acostado y entre miradas y sonrisas de satisfacción se habrán ido juntos a la cama. La imagina levantándose el viernes y recibiendo el abrazo y beso intenso de su hija y marido, la habrán llevado al colegio. Habrá llegado a las 9.30 a su trabajo, sin demasiadas preocupaciones laborales, sin demasiadas responsabilidades y a las 15.00 habrá salido. Su marido ya habrá recogido a la niña y almorzarán. La imaginaba por la tarde jugando en el parque con su familia o asistiendo a algún cumpleaños infantil repleto de críos adorables jugando y llenando de cariño a sus padres; o tal vez vayan al cine a ver una película de dibujos animados; o tal vez vayan a ir a la casa del campo a pasar un fin de semana rural solos o con más familias. Deseaba la vida de su hermana.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Me encanta. En serio!

laura dijo...

no puedo decir nada mas que es precioso, y que es relamente lo que nos pasa a la mayoria (en la que me incluyo)

laura dijo...

no puedo decir nada mas que es precioso, y que es relamente lo que nos pasa a la mayoria (en la que me incluyo)

Carmenchu dijo...

Gracias a las dos.

Me gusta contar cosas cotidianas, basadas en la realidad.

Laura, ¡suerte en tus andanzas por la blogoesfera! y beinvenida a mi cuaderno.