15 de enero de 2010

Patera


01.01.210. 00:25. Feliz Año. Mujerón. Cuerpazo. 625…
Él me recuerda aún con mis vestidos de niña pequeña atados a la cintura con lazada, en esa extraña edad en la que se tiene el espíritu de una cría pero el cuerpo de una mujer. Un cuerpo del que yo no tenía constancia, y a penas tuve hasta bien entrado los 20.
Sin embargo él ya me intuía, se sentaba a mi lado a ver los barquitos de la ría y me susurraba al oído -¿Ves los barcos? las barquitas están atadas con las barquitas, y los veleros grandes con los veleros grandes. Yo soy una barquita y tú un velero, cuando sea uno grande iré a buscarte a Sevilla y te traeré conmigo. Mientras, sigue estudiando princesa-
En su caja de recuerdos conserva mejor que yo misma: mis sueños de adolescente y de joven, mi verano como preuniversitaria, mi primer novio, largas llantinas provocadas por la desilusión … me escuchaba pacientemente cuando yo relataba una a una mis inquietudes mientras me hacía sombra en la playa para protegerme del sol.
Quizás sea la persona que mejor me conoce porque sigue buscando en mí a aquella niña de vestidos ñoños y con sus palabras consigue devolvérmela a mis brazos.
La última vez que hablamos fuiste capaz de reconocer que me veías mejor que nunca, aunque te costó confesarlo. Creo que te dio pena ver alejarse a la niña y acercarse a la mujer.

Quisiera haberte amado pero no se puede vivir en los sueños de las noches de verano.

Yo también te deseo un buen año.