3 de diciembre de 2008

Nueva etapa






























No sé qué será de mi a partir de ahora que paso a formar parte de las largas listas de parados. De momento me tomaré un respiro, he trabajo mucho en los últimos tres años, incluidos fines de semana y tardes eternas.

La crisis llega a todas partes y es lo que ocurre cuando trabajas en una multinacional: no tienes nombre, ni apellidos, ni historia personal y el que gestiona las cuentas no sabe lo que aportas o dejas de aportar a un equipo de trabajo; tú eres simplemente un código numérico, asociado a unos resultados y si tres meses seguidos bajan. Bye bye mi picolísima dama.

No me lo tomo como lo peor, le mundo no acaba en Ogilvy. No estoy triste. Es sólo un punto de inflexión, un punto y a parte. Pero cuesta digerir algunas cosa y más te lo dicen de sopetón. Miro al futuro es tiempo de hacer lo que las interminables jornadas laborales no me dejaban y de emprender proyectos apalacandos, esperando a tener tiempo.

Año nuevo, vida nueva más que nunca.

Mientras que dedido hacia dónde caminar. Me inspiro en momentos felices para tomar energía. Y aquí dejo algunos de ellos.

Estoy fuerte.