Hay gente que te hace sentir libre. Hay gente con la que podrías pasar una eternidad. No me canso de su compañía.
Hay amigos que son como los jarabes cuando enfermábamos de pequeños, todo lo curan.
Esos amigos son tan parte de ti que llegan a doler más sus problemas que los tuyos propios; y sus alegrías son infinitamente mejores que las tuyas.
De esos amigos no hay muchos, se cuentan con los dedos de las manos. Pero sabes que con levantar un teléfono, ellos saben si estás bien o mal.
Son aquellos con los que cualquier plan es un planazo porque logran hacerlo especial. Aquellos con los que has hecho miles de veces los mismos viajes imaginarios.
Son los mismos que me cogen la mano cuando me siento derrotada. Los que vienen a buscarme para que no esté triste. Los que me escriben mails e intentan sacarme mis cuitas con sacacorchos porque yo soy -como los gatitos me enrosco cuando sufro- y a nadie le cuento; y pensar en su ausencia me enloquece.
Son los mismos que me besan y dan achuchones, que me recuerdan lo bueno que tengo, quién soy en realidad, que me hacen reír con sus pamplinas.
Mis amigos son también los que me necesitan y me mandan un SOS para que los anime.
Mis amigos, con los que tengo mil anécdotas. A los que les deseo la mayor de las suertes, los más especiales.
Mis amigos, los más lindos del mundo.
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